"Algunos creen que somos brasileros" - se ríe Sebastián Luna para cerrar un comentario sobre el repertorio que Mao na roda está por encarar en minutos nomás. Es un chiste, una forma amena de saludar, de entablar diálogo confianzudo con los presentes, pero si alguno llega tarde al show y los agarra a la mitad de un tema, puede pensar que es verdad. Porque el grupo se mete verticalmente en el fantástico mundo del choro y enseguida te obliga a marcar el ritmo, a generar movimientos con el cuerpo y, sobre todo, a sonreir. Y si cerrás los ojos y te olvidás del salón en el que estás, no es tan abzurdo imaginarse en tierras cariocas.
Foto: Nacho Uranga
Mao na roda te compra enseguida. La alternancia de solos entre el cavaquinho y la mandolina de Sebastián Luna, el brillo dulce de flautas y piccolos a cargo de Anabel Bertoni, la solvencia que despunta Ernesto Frigerio con su pandeiro y el timing mágico que Seba Pérez arranca desde las siete cuerdas de su guitarra, terminan convenciéndote. Y si a eso le sumamos el desfile de exelentes músicos invitados, ir a ver a Mao na roda en vivo se convierte en un plan más que sugerente.
Este proyecto musical, que nació en 2007 bajo el nombre "Os Pibes Choros" reivindica en Argentina a gigantes de este género brasilero como Pixinguinha, Ernesto Julio Nazareth, Paulinho da Viola o Jacob do Bandolim, pero no se conforma únicamente con eso y se ha largado también a componer temas propios y a versionar otras músicas bajo los parámetros generales del choro.
La búsqueda, la elección y los arreglos del repertorio finalmente pueden verse reflejados en "MAO NA RODA Choro brasilero" su primer disco, grabado entre 2008 y 2010 en el Estudio "El Yeite". Para escuchar una y mil veces, el disco regala doce canciones en ritmos de choro, choro sambado, frevo, maxixe, valsa y tango brasilero.
En su sitio web (http://www.myspace.com/maonarodachoro encontrarán temas para escuchar online y saber más de la historia del grupo. Y si pueden, vayan a verlo en vivo porque no tiene desperdicio.