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El tema "Canción para un niño en la calle" fue grabado por la cantante argentina Mercedes Sosa junto a la agrupación portoriqueña Calle 13 en marzo del año 2009. Pertence al disco "Cantora Vol. 2".
El tema "Canción para un niño en la calle" fue grabado por la cantante argentina Mercedes Sosa junto a la agrupación portoriqueña Calle 13 en marzo del año 2009. Pertence al disco "Cantora Vol. 2".
Salvador de la Bahía de Todos los Santos, como cualquier ciudad grande, tiene serios problemas de exclusión y miseria. Lamentablemente hay mucha violencia en la calle, que se ve diariamente, como sucede en las grandes capitales de los países subdesarrollados. Pero a diferencia de estas grandes metrópolis, donde el pobre, y sobre todo el pobre descerebrado, es invisible para cualquier ciudadano que no padece la marginalidad, en Salvador uno convive las 24 horas con los que tienen poco o no tienen nada. Los meninos da rúa (los pibes de la calle) son muchos. Incontables. Descalzos, sucios, quemados por el sol y por el cracke (la versión bahiana del paco o pasta base de cocaina) pueden ser amables o violentos, pero siempre te piden una moneda. Me hice amigo de uno, Rodrigo, que en general me abraza genuinamente desde el día que le pregunté cómo se llamaba y lo invité a comer un pancho, pero que muchas otras veces pasa al lado mío con los ojos brillosos y desorbitados, con olor a pegamento industrial, y ni me reconoce cuando lo saludo. Triste.
Es imposible separar la hermosura de la ciudad de su pobreza y de sus carencias; pero si uno no paranoiquea y aprende ciertas cuestiones sobre cómo manejarse, se puede salir tranquilo. El día que llegué me corrieron media cuadra con una faca por meterme donde no debía y otras tres veces me quisieron asaltar, y aunque no me lo crean, hoy saludo con un apretón de manos cada vez que me cruzo a uno de los locos que me quiso chorear. Es raro, pero es así. Pero la batalla no es sólo contra los gringos. El pueblo se pelea también con el que no tiene nada. Desde la ventana de la posada en que trabajo (precisamente en las horas mas peligrosas) he alquilado un palco preferencial para ver los robos y las peleas de pobres contra pobres. Hasta tuve la desgracia de ver a uno que la quedó para siempre en plena Praça da Sé (una de las plazas centrales) después de una discusión por un problema de polleras, según me dijo un heladero que aprovechó la curiosidad morbosa del gentío para vender.
Es duro, pero no culpe a los meninos da rúa, a los ladrones y a los mendigos de las miserias que las políticas neoliberales latinoamericanas le regalaron a Bahía. Si va a visitar este hermoso y complejo enjambre sociocultural, no salga con demasiado dinero en el bolsillo, no ostente su eventual suerte económica almorzando o cenando en restaurantes caros, no ande sacando fotos por todos lados, en fin, no consuma casi nada de lo que la ciudad le ofrece al gringo promedio. Al contrario, charle con los vendedores ambulantes, con los que levantan quiniela, con los comerciantes, los peluqueros y las putas. Interésese más por el pueblo bahiano que por sus atracciones turísticas. Descubrirá entonces que Bahía le gusta más. En el centro histórico de Salvador, en sus barrios obreros, en las playas y en los morros todo pasa al mismo tiempo, todo se amontona, todo se mezcla y fabrica minuto a minuto a la vertiginosa ciudad de Salvador de la Bahía de Todos los Santos.
BAhía de todos los Santos.
ResponderEliminarIba a preguntar qué onda tu vida en bahía, gracias por esta hermosa respuesta en forma de crónica. Veo que mirás a tu ciudad criticamente pero con cariño, qué raro usté...no cambia más!
Abrazo