Bienvenidos a este bazar cultural, a esta mezcla desfachatada e irreverente que no vacila a la hora de reunir opiniones, sueños, poemas, ideas y polenta con pajaritos. Entre otras misceláneas, en "La culpa no es del chancho" encontrará usted información básica sobre música, literatura, deportes y artes varios.

viernes, 5 de febrero de 2010

Relato deportivo sobre el capricho del amor


Piensa la jugada. Amaga. Mira a los costados. Vuelve a amagar. Intenta no sentir la presión del público. Lo marcan desde atrás y desde la izquierda. Pasan dos segundos que parecen eternos. Hace un último amague antes de sacar el derechazo… Se detiene. No encuentra el pase. Hay murmullos sórdidos. Gira la cabeza. No sabe si va a lograrlo. Vuelve a meditar una opción de juego. Las voces y las bocinas lo distraen. Se concentra. Ahora sí. Levanta la mirada, como pidiendo al cielo que salga bien. Infla el pecho. Toma envión y patea.

- Eh…, disculpá. Te parece muy tarde para invitarte a tomar una birra?

Ante la propuesta sorpresiva del muchacho a bordo del colectivo, la chica del asiento de adelante sonríe.

- No puedo, estoy yendo a encontrarme con unos amigos. Será en otra vuelta- lo consoló desde el pasillo mientras tomaba el bolso y se disponía a tocar el timbre para bajar.

¡Pegó en el paaaaalo! Tremendo zapatazo de Marcelino Britapaj. Cuando faltaban sólo dos minutos para terminar el partido, el encuentro termina empatado en cero. ¡Qué jugador, señores! ¡Cuánta hombría! Aplaude el público local el esfuerzo del nueve.

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