lunes, 21 de diciembre de 2009
El regreso irremediable de Tarandhur
Al menos curioso
Siempre resulté campesino en la ciudad, visitante esquivo en la mole gris; excusas imperfectamente válidas para perderme, pasarme y repreguntar lo que ya sospechaba antes, cada vez que me largo a caminar por las calles de Buenos Aires. Esta específica vez de marzo andaba yo por Scalabrini Ortiz, casi llegando a la esquina de Córdoba, cuando se me ocurrió preguntarle a un muchacho acerca de la calle Estado de Israel. Amablemente me informó que tenía que hacer una más hasta Lerme y después bajar cuatro. Seguí sus instrucciones con exagerada fidelidad y como me pareció que (me saco el sombrero señor, me saco el sombrero ante la torta de ricota de Gino) ya habían pasado las 4 cuadras y la avenida del sionista estado no aparecía, decidí volver a interrogar a alguien. Crucé una calle y vi a una chica en la puerta de un edificio. Me acerqué cortésmente y le pregunté. Me miró con ojos de no saber y resultó ser que no sabía, pero sin embargo, tocó timbre en uno de los departamentos para averiguarme. Como no le respondieron, al toque sacó el celular y empezó a llamar. lunes, 14 de diciembre de 2009
Grandes crónicas pasajeras
En aquellos tiempos de lucha por los derechos civiles y las políticas de inclusión de los ciudadanos afro americanos, tuve la oportunidad de intercambiar unos ricos mates y un sinnúmero de opiniones con el mismísimo Martin Luther King. Recuerdo que fue en febrero de 1967, unos años después que el reverendo obtenga el Premio Novel de la Paz. Luego de un amargo bien cebado me dispuse a contarle al líder pacifista la historia del Triángulo del Diablo. Ya en el año 1951 la sociedad estaba conmocionada por una serie de sucesos ocurridos en Centroamérica. Numerosos barcos y aviones se averiaban y luego se hundían al adentrarse en una zona misteriosa, un extraño triángulo conformado por los vértices de las islas Puerto Rico, Bermudas y Cayo Hueso (península de La Florida). Los documentos registrados hasta el momento denunciaban a más de mil personas, junto a otras cien naves y aeronaves, desaparecidas en aquellas aguas tan paradisíacas como siniestras.
Ya son ocho las expediciones que realicé al Triángulo de las Bermudas desde el día de aquel trágico episodio. Recavé información de los lugareños y los eventuales turistas, y hasta el día de hoy no había obtenido buenos resultados. Pero seis días atrás recibí por la mañana un llamado urgente de uno de mis informantes con datos claves sobre el asunto.viernes, 11 de diciembre de 2009
Histeria
Empecé a vestirme, despacio, con la sensación de haber retrocedido dos casilleros. Si con dificultad había comenzado a vencer ciertos miedos disfrazados de duda, dos horas de fuego cruzado bastaron para borronear todo un poco más, contribuyendo al caos, a la confusión general. Pero que va a ser…. Tenía ganas. ¿Tenía ganas? Conviene pensar que sí, que no fue una jugada desesperada sin fundamento.lunes, 7 de diciembre de 2009
Bienvenida la ironía
viernes, 27 de noviembre de 2009
EL SANTO: Adelantados del humor gráfico
Si bien las excepciones existen, generalmente el humor como expresión lúdica o jocosa hoy recae en la chatura del chiste fácil. Los medios de comunicación habituales, sobre todos los radiales y los televisivos, han perdido el interés por hacer del humor un compost artístico. Lo han vaciado de contenido, vulgarizándolo. Lo han emparentado con la flacidez y la obviedad. Le han colocado unas cuantas golfas sin ropa alrededor, y lo que es peor, se lo han metido a la fuerza a un público dócil, que a esta altura del partido no concibe otras recetas humorísticas que no sean las citadas anteriormente.jueves, 19 de noviembre de 2009
La isla de las flores
viernes, 6 de noviembre de 2009
La rendición de los Krakeanos
Y llegó el día en que los minúsculos krakeanos (enzimas revolucionarias organizadas en pie de lucha contra el maléfico y terrible Profesor Pepe) asaltamos la plaza. Bajo el manto impune de las convicciones políticas y con un cierto fanatismo que rápidamente trocó en violencia, la vanguardia krakeana mató, robó, violó e incendió. Era la justa y rabiosa paliza hacia las mentes despeinadas de los mediocres Gulfos. Y fuimos brutalmente imparables. Todo iba bien cuando, de repente, te vimos. Radiante, pura y limpia. Hermosa. Entonces, tuvimos miedo y frenamos nuestra arremetida cruel. El miedo, sobre todo a los krakeanos, suele cachetearnos por dentro e inundarnos de prudencia.
Para vos, que compartiste tantas horas de aburrimiento y de alegría entre Quito y La Paz.
jueves, 5 de noviembre de 2009
LATIN JAM
Los culpables del dolor de piernas del jueves a la mañana son (formación estable): El Guajiro (tres), Matías Méndez (bajo), Eric Hernández (piano), Matías Conte (guitarra y voz), Dorian (timbales), el Tano Martelli (bell y bongó), Maxi García (congas), Fernando Padilla (trompeta y maracas), Nahuel Aschei (trompeta) y Luca Ferrelli (trombón).
A continuación, un registro de lo sucedido uno de esos tantos miércoles.
* FOTOS: Vito Rivelli
lunes, 2 de noviembre de 2009
Un mágico, de esos que no abundan
Pasaron los años, intentó dejar la heroína, se fue de gira a África con la Fania All Stars (una especie de combinado selectivo con los grosos del género), comenzó a practicar la Santería como religión, se quiso un poco más, se prometió descansar, regresó a Puerto Rico y finalmente volvió a las drogas.
Su organismo, bastante cacheteado a esta altura del partido, tuvo que soportar varias estocadas más. Cada tanto reaparecía sólido, rejuvenecido, con fuerza y con un nuevo disco bajo el brazo. Pero después, presa de él mismo, volvía a recaer. Y la prensa, siempre dispuesta a comercializar con el morbo y las acciones privadas con tal de vender una tapa, a menudo se nutría con el timing del cantante. Es electrizante ver cómo lograba plasmar sus tragedias personales en las letras de sus canciones. Basta con escuchar alguno de sus discos para comprender que su manera sufrida de cantar no era un montaje. A las drogas (que hace rato habían dejado de ser una cuestión lúdica para convertirse en un problema serio de adicción) hubo que sumarle la muerte de un hijo. Para colmo, a comienzos de la década del ’80 el género salsero empezó a perder popularidad y, a pesar de que él siguió grabando, las radios ya no fueron ese aliado fiel que mantenía sus canciones en lo más alto de los charts.
arcialmente paralizado. Por contrato, tuvo que seguir cantando postrado en una silla de ruedas; así de cruel es la industria discográfica. Y así pasó sus últimos años, viviendo como podía en Nueva York, sin un peso y con la angustia eterna por comprobar que la mayoría de la gente que siempre lo rodeó, lo hizo por intereses comerciales. Murió bastante solo, luego de una complicación con el virus del sida, enfermedad que contrajo entre lujurias, placeres y pichicatas.A continuación, un registro de su música. "Juanito Alimaña" pertenece al disco "Vigilante" del año 1983.
viernes, 30 de octubre de 2009
Loco yo, Loco vos (Julio Giglio)
Loco Yo, Loco Vos es una sucesión de sensaciones oníricas que tiene lugar en esa especie de surrealismo bonaerense del autor. Se trata de una colección de historias breves que deja ver la mágica prosa del gran Juls (Julio Giglio) página trás página. La Patria Grande de Simón Bolívar
Desde que entiendo a la música como un puente conductor hacia culturas infinitas, su mecanismo me ha llevado a interesarme por el folklore (véase este término como el “saber de los pueblos”). Porque en las raíces de las músicas del mundo se vislumbra la identidad de las sociedades que lo conforman. Y conocer nuestra identidad es conocernos a nosotros mismos y a nuestra historia.
Es aquí, en los orígenes, donde se conectan las esencias. Es aquí, donde comprendemos que entre los pueblos latinoamericanos no somos tan distintos.
Augusto César Sandino, reivindicando las ideas de Simón Bolívar, decía ya que los gobiernos y las fronteras que éstos trazaron, correspondieron siempre a intereses económicos personales o de un grupo particular de individuos a favor del imperialismo, pero que la identidad de los pueblos, irrenunciable, era una sola. Porque la Nación Latinoamericana era una sola. O en eso debía convertirse para no sucumbir ante un modelo económico que no nos tendría en cuenta jamás.
Entiendo a la cultura como el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad determinada, y sostengo, como Bolívar, que Latinoamérica toda conforma una sola Nación. Por lo tanto, a grandes rasgos, la cultura (la identidad) americana es una sola. Y si la música es un instrumento a través del cual la misma puede ser expresada, encontramos en ella una de las llaves para poder abarcarla.
Viajando por Argentina
¿Cómo sería el Litoral sin chamamé? ¿De qué se disfrazarían Santiago del Estero y Tucumán sin la poliritmia incipiente de las chacareras? ¿Sería Salta tan linda sin la rica tradición de compositores e intérpretes que llevaron sus zambas a todo el mundo? No puedo ni imaginármelo. Sin embargo, no es aconsejable conformarse con esa identidad musical tan marcada. Es lo que entienden músicos como Fandermole, Falú o Herrero (por tomar algunos ejemplos entre tantos embajadores de nuestro folklore) que, al escuchar su arte, te regalan la sensación de estar viajando. Al traspasar fronteras aparece la versatilidad musical. Versatilidad que al chocar de lleno con otras músicas se retroalimenta y crece. Y es verdad que la cueca en Argentina es sinónimo de Cuyo, pero ¿no es tan mía como de los mendocinos? Depende de mí. De nosotros. De no caer en una evaluación mediocre entendiendo a la música como un generador más de las tantas dualidades que a lo largo de la historia ha dividido a los pueblos. Por eso, darle oportunidad y asimilar las letras y los ritmos lentos y espaciosos de las coplas o las vidalas norteñas, significa entender la idiosincrasia de los pueblos que las ejecutan. Significa acercar sus costumbres, su poesía y su tradición a este lado del Riachuelo. No esta mal.
Cóctel de ritmos
Esta idea de traspasar los regionalismos, se aplica a gran escala al folklore latinoamericano. El merengue dominicano; la plena en Puerto Rico; el vallenato y la cumbia de la costa pacífica colombiana; el tango o el candombe en el Río de la Plata; zamacuecas y festejos del Perú; sayas, huaynos y tonadas en el altiplano boliviano; montunos, charangas, danzones y cha cha chas en Cuba, corridos y boleros en México, Joropos en Venezuela. La lista, evidentemente, es interminable. Y muy rica por cierto.
A menudo nos perdemos estos mundos tan vastos y que tienen mucho para mostrarnos. Entre tanta cultura descartable, desinformación y consumismo inducido, no nos queda tiempo.
Por eso intento, desde este humilde espacio, compartir mis ideas y mí música (la música de los pueblos latinoamericanos) con todos los lectores.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Que se sepa...
He aquí un pequeño aporte a la cultura. Un antimedio virtual al que, quizás, no le dé el cuero para instalarse entre los gigantes de la divulgación cultural, pero que pretenderá, eso sí, regalarle a Ud. un pequeño espacio de distención. Como para ir ganándole, aunque sea de a poco, algunos territorios a los grandes conglomerados de desinformación. 





